Introducción
Mediante el uso del sistema visual se obtiene, en un período de tiempo más breve, una cantidad de información mayor que mediante ningún otro órgano sensorial aislado. La visión recibe el nombre de canal sensorial primario porque: - extiende al ser humano más allá de su propio cuerpo; - es la mediadora de otras impresiones sensoriales; - actúa como un estabilizador entre la persona y el mundo externo.

Según Haith y Campos (1977), el cerebro guía al ojo, y este hecho parece inferirse del estudio de los patrones de fijación visual de los bebés y los niños pequeños. El aprendizaje comienza cuando el bebé busca una entrada visual, escogiendo cuándo y a qué mirar. Los estudios de los autores anteriormente citados revelan que los bebés realizan el proceso siguiente: 1. Abren los ojos si se encuentran despiertos y en estado de alerta. 2. Mantienen una búsqueda vigilante intensa, incluso aunque no haya luz. 3. Continúan buscando incluso cuando encuentran alguna luz, pero ningún borde. 4. Cuando localizan un contorno, exploran repetidamente a lo largo de él en ambos sentidos. 5. Mantienen un estrecho abanico de exploración si el contorno localizado está cerca de otros contornos. 6. Mantienen un abanico más amplio de exploración si la densidad de patrones es baja.
La finalidad de estos comportamientos visuales consiste en mantener los disparos celulares en el córtex visual al máximo nivel e incrementar continuamente la tasa de disparo. El uso de todos los sistemas sensoriales en su capacidad óptima ayuda a alcanzar el potencial máximo de desarrollo conceptual, pero en el proceso de formación de conceptos la visión es el sentido prioritario por excelencia, como fuente de estimulación y de integración de las otras informaciones sensoriales. Algunos autores (Gessel, Getman y Kane, 1964) mantienen que el ser humano es la criatura viviente más orientada hacia la visión que existe y que aproximadamente el 80% de la información que recibe para su maduración neuropsicológica tiene lugar a través del canal visual.
Modelo de visión de Getman.
Es un modelo visomotor mediante el cual se representa: La relación entre los dos ojos y los centros visuales en el cerebro, y entre los centros visuales y las más relevantes entidades del desarrollo. Las señales del cerebro a los órganos terminales, los ojos. Las señales de retroalimentación de los ojos al cerebro. Todos los signos o señales en las terminales orgánicas, desde el cerebro, proveniente de una o más de las entidades pertinentes. Nivel 1: Este presenta los meses prenatales del 3er trimestre del embarazo, cuando el producto encuentra y succiona su mano. Reflejo de succión en práctica primitiva. Nivel 2: aquí los ojos se alinean sobre las manos, cuando hay contacto manual con los objetos a su alrededor. Nivel 3: Exploración del contenido de su mundo mediante el sistema manual, adquiriendo destreza y habilidad, mientras el sistema visual parece estar atento en lo que toca. Nivel 4: En este nivel hay mayor coordinación ojo-mano, pero el manual sigue siendo líder. La visión adquiere una capacidad de juicio sobre lo que observa (tamaño, color, textura, temperatura,etc) pero es el sistema manual el que discrimina. Nivel 5: Ahora es el sistema visual el que domina en este nivel, y regresa al sistema manual de ser necesario para la discriminación e interpretación final. Nivel 6: Sistema visual hace la mayoría de la discriminación e interpretación. Nivel 7: La visión se convierte en el factor dominante en el comportamiento, es la guía y supervisora para los dos sistemas de salida más predominantes.
Modelo de visión de Skeffington.
Según Skeffington, desde una perspectiva de desarrollo, la visión resulta de la interrelación de los siguientes procesos sensorio-motores: Proceso antigravitatorio: Este proceso engloba las acciones motoras que van a permitir la acción permanente de la gravedad. Se trata de la evolución de los patrones básicos de movimiento (reptación, cuadrupedia, locomoción bípeda,...). En este período se va procediendo a la madurez de los sistemas nervioso y muscular que se construyen en función de las leyes neurológicas de desarrollo: ley céfalo-caudal y ley próximo-distal. Proceso de localización corporal: Comprende todos los procesos de la construcción de la imagen del cuerpo, del yo y de la relación con el exterior, espacio, tiempo, lateralización y direccionalidad. Se trata de una referencia del cuerpo, a partir del cual se procesan todos los resultados de relación con el medio. Proceso de identificación Se trata de un proceso de interiorización y de la acción sobre los objetos y nosotros mismos que va a desembocar en el conocimiento de sus atributos, propiedades y características. Para que este proceso sea íntegro será necesaria la visión, que con su información, complementará el resto de sensaciones percibidas. Están dentro de este período de desarrollo las manipulaciones del cuerpo, de la lengua, de los labios, de los espacios, de los objetos,... Proceso auditivo verbal: Constituye la implantación del lenguaje hablado tanto en sus aspectos receptivos, como integradores y expresivos. La evolución del proceso auditivo verbal depende de la integración que se le den al niño y su posterior evolución en las relaciones auditivo-verbales de la comunicación y las relaciones óculo-motoras de la acción, es decir, de sus experiencias en su historia. La visión participa como integrador neurológico, del que va a seguir en una simbolización y una conceptualización, o sea, todas las relaciones entre el espacio vivido y el espacio representado, que comprende la praxis no verbal (corporal y motora) y la praxis verbal (lenguaje como instrumento de regulación y planificación de la acción como verdadero instrumento del pensamiento). La visión: La visión es el proceso sensorial más jerarquizado del ser humano, por lo tanto su madurez es más tardía. La visión nos da referencias de orientación, posible excitación o inhibición y después de haber podido valorar o analizar, estamos en disposición de discriminar.
Etapas del desarrollo perceptual.
La percepción es el principio de la experiencia y de la interpretación del mundo, es decir, constituye un requisito fundamental para la acción. Con la percepción se inician las interacciones y el organismo se prepara para reaccionar de acuerdo con la naturaleza y complejidad de los objetos o eventos que lo estimulan, determinado cuál de ellos será percibido y seleccionando aquél al que deberá responderse. Es una reacción que posibilita la adaptación, pero no constituye en sí misma un acto adaptativo. Al mismo tiempo, la percepción difiere de otros comportamientos que requieren la ejecución de un movimiento o una manipulación, (kantor, 1924). Jean Piaget (1896-1980): Elaboró descripción sistemática del desarrollo cognitivo humano. Los cuatro períodos de desarrollo de Piaget: Se han analizado los cuatro conceptos primarios de Piaget para describir cómo nos adaptamos a nuestros ambientes: se enfocan las situaciones con estructuras cognoscitivas compuestas de esquemas interrelacionados, asimilando ciertos aspectos en los esquemas existentes pero también acomodando aquellos esquemas por medio de la reestructuración o construyendo nuevos si es necesario, motivados por el principio de equilibración. La secuencia de la adquisición de esquemas es universal, pero los ritmos a los cuales se desarrollan los esquemas y las formas que adoptan dependen de las diferencias individuales en la maduración, las experiencias ambientales, la adquisición de conocimiento por medio de la interacción social y factores de equilibrio únicos. El desarrollo de esquemas procede a través de cuatro periodos (etapas) cualitativamente distintos.
El periodo sensoriomotor (del nacimiento a los 2 años de edad): CONTROL MOTOR Y APRENDIZAJE/OBJETOS FÍSICOS.
Durante los primeros dos años de vida, el desarrollo se concentra en esquemas sensoriomotores conforme el bebé explora el mundo de los objetos. Una gran variedad de habilidades conductuales se desarrollan y se coordinan, pero el desarrollo de esquemas verbales y cognoscitivos es mínimo y poco coordinado. La atención se centra en los estímulos sobresalientes en el ambiente inmediato del "aquí y ahora". Sin embargo, conforme el bebé se desarrolla, las acciones físicas que al inicio eran reflejas se refinan en esquemas sensoriomotores controlados; la duración de la atención de "fuera de la vista, fuera de la mente" es reemplazada por el conocimiento de la permanencia de los objetos y evidencia de recuerdo y de búsqueda de ellos si son quitados; se desarrolla el entendimiento inicial de las relaciones de causa y efecto que explican los acontecimientos observables, y el niño comienza a imitar las acciones de otros. Comenzando cuando se acercan a los dos años de edad, los niños empiezan a internalizar sus esquemas sensoriomotores (habilidades conductuales) en la forma de esquemas cognoscitivos (imaginación, pensamiento).
El período preoperacional (2-7 años de edad):
El período preoperacional (2-7 años de edad):
DESARROLLO DE HABILIDADES VERBALES.
Conforme progresan el desarrollo de la imaginación y la capacidad para retener imágenes en la memoria, el aprendizaje se vuelve más acumulativo y menos dependiente de la percepción inmediata y de la experiencia concreta. Esto hace posible una solución de problemas más sistemática en la que los niños relacionan los factores situacionales actuales con esquemas desarrollados con anterioridad retenidos en la memoria, visualizando actividades sin llevarlas a cabo. A pesar de sus ventajas, la lógica preoperacional es egocéntrica e inestable. Es egocéntrica porque los niños de esta edad todavía no han aprendido a "descentrarse" de sí mismos y a considerar las cosas desde las perspectivas de otras personas. Los esquemas son inestables durante el periodo debido a que los niños todavía no han aprendido a distinguir los aspectos invariables del ambiente de los aspectos que son variables y específicos de situaciones particulares. Se confunden con facilidad por los problemas de conservación los cuales requieren que conserven aspectos invariables de objetos en sus mentes mientras manipulan aspectos variables.
El periodo de las operaciones concretas (7-12 años de edad):
CONCEPTOS ABSTRACTOS.
Comenzando alrededor de la edad de siete años, los niños se vuelven operacionales. Sus esquemas cognoscitivos, en especial su pensamiento lógico y sus habilidades de solución de problemas, se organizan en operaciones concretas representaciones mentales de acciones en potencia. Una serie de operaciones concretas implica habilidades de clasificación para agrupar y reagrupar series de objetos (McCabe y cois., 1982). Operaciones formales (si se alcanzan) 12 años en adelante: El pensamiento hipotético y puramente simbólico (complejo verbal) se vuelve posible. El pensamiento se vuelve más científico conforme la persona desarrolla la capacidad para generar y probar todas las combinaciones lógicas pertinentes de un problema. Surgen las preocupaciones acerca de la identidad y las cuestiones sociales.


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